Bicicletas en el Monte de Boadilla

El Grupo Municipal Socialista aboga por la regulación y no por la prohibición, con el fin de lograr la armonización de los distintos usos de las rutas, senderos, etc., con el objetivo y la necesidad de encontrar un equilibrio entre el uso de sus paseantes y ciclistas por sus caminos.

Para Boadilla del Monte es un auténtico privilegio ambiental contar dentro de su término municipal con los espacios naturales del Monte Boadilla-Los Fresnos y el Parque Regional del curso medio del Río Guadarrama. El Monte de Boadilla fue declarado monte de utilidad pública en el año 1998, en su conjunto tiene una superficie de 910 ha, y cuenta con un inigualable patrimonio natural y paisajístico.

Nuestro municipio a escasos 14 km de Madrid, limita con Alcorcón, Villaviciosa de Odón, Pozuelo de Alarcón, Brunete y Villanueva de la Cañada, lo que le confiere a nuestro Monte una ubicación estratégica para sus visitantes.

Desde hace unos años el uso recreativo de la bicicleta ha crecido muchísimo en nuestro municipio y nuestro monte se llena todos los fines de semana de ciclistas. Nada que objetar si no fuera porque se han convertido en verdaderos velódromos a los que acuden ciclistas de todos los municipios limítrofes, no para dar un paseo tranquilo, sino para entrenar, solos o en grupo, a toda velocidad, dando vueltas una y otra vez.

El resultado es que los viandantes se ven expuestos a la posibilidad de ser atropellados en múltiples ocasiones, teniendo en cuenta que actualmente se llevan además de las bicicletas de paseo, las de competición, que alcanzan velocidades altas, y dado que son silenciosas, el peligro de atropello es mucho más alto.

El PSOE de  Boadilla del Monte aboga por la regulación y no por la prohibición, con el fin de lograr la armonización de los distintos usos de las rutas, senderos, etc., con el objetivo y la necesidad de encontrar un equilibrio entre el uso de sus paseantes y ciclistas por sus caminos. Ello sin perjuicio de que en dicha regulación haya que tener en cuenta, tras los pertinentes estudios y escuchando a todas las partes implicadas, los posibles impactos que algunas prácticas ciclistas puedan ocasionar sobre algunas sendas o sobre los caminantes. 

Es el momento de cambiar las cosas y regular de forma adecuada este asunto, dado que se han observado algunos comportamientos inadecuados de una minoría de ciclistas a la que hay que hacer entender que el espacio es de todos, que el peatón ha de tener la prioridad y que la normativa vigente (nos guste o no) hay que respetarla.

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