Una brazada un céntimo: reto conseguido
Como ya publicamos el 7 de agosto (https://teleboadilla.com/travesia-de-natacion-solidaria-en-el-cabo-de-gata/), la organización sin ánimo de lucro una brazada un céntimo (http://www.unabrazadauncentimo.org/) presentó un reto cuyo objetivo era nadar desde la playa de los Muertos, en Carboneras, hasta la Isleta del Moro, 21 kilómetros en total. Bueno, pues estos tremendos deportistas, con algunas dificultades lo consiguieron en, lo que yo considero una verdadera hazaña, y todo por un fin solidario como es la de recaudar fondos para promoción, apoyo, respaldo y subvención de deportistas jóvenes que, por su delicada situación económica, con pocos recursos, y/o con algún tipo de discapacidad, no pueden practicar su deporte favorito
Os dejo la estupenda crónica que me han pasado desde la organización:
La travesía tenía un recorrido original para el sábado 29, saliendo de la playa de los Muertos en Carboneras, debido a las condiciones meteorológicas nefastas, con un intenso viento de levante que levanta fuerte oleaje nos impiden llevarlo a cabo. Decidimos entonces salir el domingo, cuando la previsión era de 25 kms/ hora de viento de levante, y avanzar el punto de salida unos cientos de metros hasta Agua Amarga, ya que está a resguardo del levante; aún así, no había garantía de poder hacer el reto completo si el viento aumentaba, sobre todo al pasar la Punta Polancra, cabo más expuesto del recorrido.
A las 8 de la mañana nos citamos en la playa de Agua Amarga para dejar preparados los barcos de apoyo, seguridad y salvamento, con todos los pertrechos para la travesía, -avituallamiento, botiquín, etc.- y dejamos a los marineros y patrones preparando el dispositivo de seguridad.
Los nadadores se preparan en la playa (gafas, gorro, algunos con neopreno, vaselina ..) y poco más tarde de las 8,30 de la mañana, una vez a la vista de los barcos se pita con un silbato como señal de salida y nos echamos al agua.
El mar está tranquilo aquí protegido del viento de levante y la temperatura del agua es de unos 25 grados. Empezamos con un ritmo rápido y hacemos una primera parada a los 45 minutos para estar hidratados, a medida que se avanza se va saliendo de la protección de la costa y entra viento y olas por un costado.
Segunda parada, llevamos nadando una hora y media y vamos avanzando bien con el grupo compacto.
A partir de aquí las cosas se complican, sigue aumentado el viento y las olas, que al venir de través son muy molestas y nos agotan, esto provoca también que el grupo de nadadores se divida en dos, seguimos un rato así y cada grupo adopta el ritmo que le es más cómodo. El mar está complicado, algunos se marean y toman biodramina para poder seguir adelante.
A punto de doblar la Punta Polacra, en el punto más complicado aparece un gigantesco banco de medusas, por seguridad suben los nadadores a los barcos para sortearlo, aprovechamos para hacer avituallamiento sólido a bordo. Es el punto de máximo oleaje y viento, vuelven al agua con sensación de mareo, varios sufren arcadas y vomitan un poco, pero pueden continuar nadando.
A partir de aquí el viento y las olas vienen desde atrás, lo que nos empuja, además la sensación de mareo es menor, al fondo ya vemos la playa de Isleta del Moro, esto nos renueva los ánimos.
A falta de unos 5 kilómetros el grupo se vuelve a partir, algunos van más lento con menos fuerza y otros van más rápido para no pasar frío, se mantienen así hasta el final, pasando uno de los tramos más duros , ya que para entrar a la playa, cuando quedan menos fuerzas hay que hacer un giro y las olas entran por el costado, los últimos dos kilómetros se hacen larguísimos, pero ya no hay quien nos pare.
Salimos del agua, todos nos aplauden y nos abrazan, hemos conseguido el reto y lo celebramos»